La dirección de empresas no es solo una cuestión de técnicas, números y resultados, sino también de personas, valores y propósito. Desde sus inicios, la filosofía del PAD tiene como uno de sus pilares el enfoque en la persona, colocando a esta como centro de la organización y buscando su desarrollo integral.

Esta visión incluye no solo a los miembros de una organización, sino que busca impactar a todas las personas en la cadena empresarial y a la sociedad en su conjunto.

Los probados beneficios en términos de productividad, calidad de trabajo, innovación, entre otros, han fomentado una reciente aproximación empresarial hacia este enfoque. Sin embargo, una adopción efectiva y ética de esta visión demanda un conocimiento cabal de la persona y un compromiso real con su desarrollo.